
Amanece, la luz penetra por la ventana de una habitacion. Veo los rostros de mi familia, aún dormitan, y demuestran una aparente tranquilidad.
Veo cada objeto a mi alrededor, y me parecen distantes, diferentes, extraños.
Me doy cuenta de la hora, es temprano, me pongo ropa, me pongo de pie y doy 19 pasos hasta la escalera, me dispongo a bajar, y lo hago.
Entro al baño, me lavo la cara, las manos, los dientes. Peino mi cabello, me llega hasta el pecho.
Salgo, llego a la mesa y me dirijo a la cocina, hay alguien. Me sirve desayuno.
Como con una lentitud exagerada, nada parece saciarme... No siento nada... sabor, gusto, nada.
Te pienso, te recuerdo, te odio... Por una milesima de segundo, no soy nadie.
¿Por qué sufro por alguien que no merece ninguna de mis lágrimas?
Suspiro... me levanto.
Salgo, me acompañan, siento estar sola.
Veo... no puedo ver. Estoy ciega, nada concuerda.
Vivo, creo, me aproximo... Columpios, genial.
Me siento en silencio... no salen palabras de mi boca, se comprimen en mi interior.
Comienzo a balancearme, creyendo asi volver a esos dias donde todo es risas y alegria, donde todo era fácil... Maldita obsecion.
Me llaman, me alejo, te pienso... Me voy.